La necesaria política
estructural de la Vivienda

Pedro Marín Cots

El problema actual de la vivienda

Las tensiones que se están produciendo en el mercado de la vivienda, en el de la compraventa, y sobre todo en el del alquiler no ha nacido ni mucho menos en los últimos meses o años, sino que se llevan gestando desde finales de los años noventa, cuando la liberalización general de la economía actuó de manera muy importante en el suelo y la vivienda en cinco aspectos destacados. El primero y de carácter estratégico fue la Ley del Suelo de 1998[1] que puso en marcha el gobierno de Aznar y que modificaba estructuralmente el sentido que el urbanismo había tenido en España en el último siglo y medio, facilitando la urbanización de suelos discontinuos y alejándose de la imagen urbana clásica de la mancha de aceite en expansión. El motivo de semejante cambio obedecía a las nuevas propuestas neoliberales de que un aumento de la oferta de viviendas conllevaría a un descenso de los precios. Como es bien conocido, esta previsión no solo no se cumplió, sino que contribuyo al inicio, consolidación y colapso en 2008 del llamado boom del mercado inmobiliario que derivo en la recesión económica que duro hasta prácticamente la pandemia de 2019, y cuyos efectos todavía son visibles en una parte de la población que perdió su vivienda en propiedad y tuvo que pasar a depender del alquiler.
[1] Ley 6/1998, de 13 de abril, sobre régimen del suelo y valoraciones: https://www.boe.es/buscar/doc.php?id=BOE-A-1998-8788
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