La Ciudad Hiperbólica

Guillermo Busutil

Deconstruir la ciudad. Vaciar sus significados. Globalizar su personalidad. Málaga es un ejemplo de este diseño del capitalismo de escenografías que ha ido abandonando el fortalecimiento del tejido de comunidad y la singularidad identitaria, en favor de la inmediata, insaciable y voraz rentabilidad del turismo como industria de experiencias del deseo. “Ven a un entorno distinto pero siéntete como en casa, consume rápido, consume mucho, fotografíate, compara con tu colección de ciudades que se maquillan igual, deja tu huella en las fachadas de museos o dónde te venga en gana, y corre la voz de los tesoros del nuevo paraíso”. Se espera overbooking. La intelintgenzia política ha llevado a cabo su plan progresivamente. Paga bien la publicidad informativa, pulsa eficazmente los resortes de la autoestima y estruja la antigua coartada de los fundamentos del respaldo social como son la creación de empleo y el progreso comparativo con referentes. Alicante, Barcelona. Nueva York. Mecanismos infalibles ante los que se asumen cualquier imposición y manipulación de la realidad, lo mismo que se aceptan cuando se afirman hacer en pro de nuestra seguridad. No hay mejores ingredientes de hechizo que estos tres: empleo, progreso y seguridad. A los que el capitalismo del turismo ha añadido otro, igual de eficaz para el ánimo social que casi siempre aspira a ser otro. El ser referencia mundial.

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